domingo, 5 de junio de 2011

Método Empirista

Doctrina que afirma que todo conocimiento se basa en la experiencia, experimentos, contrastaciones, en definitiva, en el conocimiento de la realidad externa, sensible, material, cuantificable y matematisable. Mientras que niega la posibilidad de ideas espontáneas 
Reivindica el valor de la experiencia. El conocimiento humano puede aspirar a dos tipos de verdad: -Verdades de razón: propias de las ciencias formales; se basan en la deducción de unos principios a partir de otros. Son verdades correctas e infalibles, pero no nos proporcionan información sobre la realidad externa.-Verdades de hecho: Propias de las ciencias empíricas, ofrecen información, sobre el mundo. Su verdad o su falsedad  pueden comprobarse a través de la experiencia, única fuente de conocimiento posible. La inducción es el método. Los enunciados nunca pueden ser comprobados de forma definitiva.
Caracteristica

Es un método fáctico: se ocupa de los hechos que realmente acontecen:
Se vale de la verificación empírica: no pone a prueba las hipótesis mediante el mero sentido común o el dogmatismo filosófico o religioso, sino mediante una cuidadosa contrastación por medio de la percepción.
Es autocorrectivo y progresivo (a diferencia del fenomenológico). La ciencia se construye a partir de la superación gradual de sus errores. No considera sus conclusiones infalibles o finales. El método está abierto a la incorporación de nuevos conocimientos y procedimientos con el fin de asegurar un mejor acercamiento a la verdad.
Muestra: El muestreo es un parte importante del método analítico ya que si se toma mal la
muestra los resultados serian erróneos o inservibles.


Método Racionalista

Consiste en dudar de todos los conocimientos que no sean evidentes, es decir que no se manifiesten a nuestro espíritu con total claridad y distinción.
Descartes inicia el proceso dudando de todo conocimiento empezando por el que proviene de los sentidos, pues frecuentemente nos engañan; si engañan una vez, pueden hacerlo siempre. En segundo lugar, es a veces difícil distinguir el sueño de la vigilia; hay sueños que parecen muy reales, e incluso llegan a asustarnos, pudiera ser que nuestra vida de vigilia, no fuera más que un sueño (este tipo de escepticismo estaba presente en la época y lo vemos reflejado en la literatura, por ejemplo en la Vida es sueño de Calderón de la Barca). En tercer lugar también la razón nos engaña, ya que algunas veces nos equivocamos al resolver cuentas o problemas; este hecho nos indica que podemos engañarnos siempre. Finalmente, afirma Descartes, podría existir, un genio maligno, que nos engañara a los hombres con su inmenso poder haciéndonos tomar como real lo que no es.

Sin embargo la duda metódica no lleva al escepticismo, que niega toda verdad, si no todo lo contrario; de ella va a surgir la primera evidencia o axioma: el resultado del análisis anterior revela la posibilidad de que nuestros pensamientos sean equivocados, pero con total claridad y distinción, tomamos conciencia del hecho de estar dudando, de estar pensando y de existir, porque si no existiéramos no podríamos dudar: he aquí el axioma o verdad buscada: “cogito ergo sum”“pienso luego existo”.
Siguiendo el proceso metódico busca en el pensamiento otras ideas revestidas de igual claridad y distinción; estas ideas son la de infinito y la de extensión.
La idea de un ser infinito, de Dios, no puede tener su origen en un ser finito, limitado como es nuestro pensamiento, por tanto Descartes afirma que sólo un ser Infinito puede haber puesto en nuestra mente esa idea. La existencia es la máxima perfección. Por esto, afirma la existencia de Dios, recogiendo el antiguo argumento ontológico de San Anselmo: de la idea de Dios a la afirmación de su existencia. La existencia de un ser Infinito todopoderoso, garantiza la realidad de un mundo exterior.
Todas las verdades evidentes están en nuestro pensamiento, pero también son seres o sustancias que existen en la realidad. Descartes inicia la corriente idealista en la metafísica moderna.

Metodo Mayeutico

 La mayéutica era el método socrático de carácter inductivo que se basaba en la dialéctica (que supone la idea de que la verdad está oculta en la mente de cada ser humano): se le preguntaba al interlocutor acerca de algo y luego se procedía a rebatir esa respuesta por medio del establecimiento de conceptos generales, demostrándole lo equivocado que estaba, llegando de esta manera a un concepto nuevo, diferente del anterior, el cual era erróneo. 
La mayéutica consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:
1. Se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo: "¿qué es la virtud?", "¿qué es la ciencia?", "¿en qué consiste la belleza?"...
2. El interlocutor da una respuesta, inmediatamente discutida o rebatida por el maestro.
3. A continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en confusión. Este momento de confusión e incomodidad (la aporía) por no ver claro algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el aprendizaje. Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta antes de dar a luz.
4. Tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se investiga (la virtud, la ciencia, la belleza...).
5. La discusión concluye cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga (aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda abierta e inconclusa), o en epojé.